El viaje para mí realmente empezó en la frontera italiana. Entrar en Yoguslavia no fue el viaje en el tiempo que esperaba, dado que el tiempo lo cambia todo; Eslovenia es tan perfecta que llega a a ser agobiante, pero no puedo decir que me haya disgustado, ni eso ni la 'tradicional' hamburguesa de caballo;. En Zagreb, entre trajes Armani y pantallas de plasma, la ciudad parece todavía respirar, pero agoniza. Ahora me arrepiento de no haberme enfrentado a los trámites que me hubieran permitido entrar en Serbia y Montenegro, y quizá intentar haber llegado a Albania. Por lo demás, olvidando una estátua de una campesina alzando su hoz, nada parece recordar al pasado; Un posible futuro se vislumbraba en las calles de la capital croata; Con cabezas rapadas y swastikas.
Joyce en Trieste.
Del castillo de Ljubljana.
Vista desde la isla del lago en Bled, en los alpes Julianos. El bote y su par de remos no sale en la foto, las agujetas tampoco...
Tren nocturno a Split. Otra vez, la calidad de la camera no me permitió capturar la tempestad que no dejó dormir a demasiados.
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2 comentarios:
¿Entonces viste a muchos neonazis?
Por Zagreb unos cuantos... Por el centro y bastante campantes...
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