lunes, 28 de septiembre de 2009

imagen del día

54 personas

viernes, 18 de septiembre de 2009

cita del día

"Por mi parte, a la vez que soy un socialista tan convencido como el más ardiente marxiano, no entiendo el socialismo como el evangelio de la venganza proletaria, ni siquiera, fundamentalmente, como una forma de conseguir la justicia económica. Lo veo como un ajuste a la producción industrial hecho necesario por motivos de sentido común, y calculado para aumentar la felicidad, no solo de los proletarios, sino de todos excepto una reducida minoría de la humanidad."

Bertrand Russell
The Case for Socialism

viernes, 11 de septiembre de 2009

jueves, 10 de septiembre de 2009

barbaridad del día

"Desde 1919, se han firmado 183 convenios internacionales en la OIT. De esos, Francia ha ratificado 115, Noruega 106, Alemania 76, y los EE.UU. 14."

martes, 8 de septiembre de 2009

video del día



Escribe uno que pensaba (no desatinadamente) que no vería al Bolshoi en su vida y acabó haciéndolo desde un palco por €10.

viernes, 4 de septiembre de 2009

yanquis hijos de puta

En realidad
sólo quería decir
eso.
En realidad, la vida
es,
pongamos por ejemplo,
una manzana.
Entonces,
uno la mira, la toca,
le hace fiestas,
la besa, le habla,
tal vez,
hasta dibuja manzanitas
imitándola.
La quiere así, manzana,
rica, pulposa, viva, indescifrable,
sabia.
Si la quieren romper,
si viene
un bicho, por ejemplo,
un yanqui hijo de puta,
para ser más precisos,
a matarla,
ya no se puede hablar
así nomás de la manzana.
Hay que matar al bicho,
es necesario
odiarlo,
destruirlo.
Es casi obligatorio
decirle hijo de puta,
decirle yanqui hijo de puta
todos los días, religiosamente
y encontrar la manera
de acabarlo.
Por amor a la vida,
simplemente.
En realidad
tal vez no me he explicado bien.
Si uno tiene,
pongamos por ejemplo,
un amor, una cosa
que le anda por la piel
por todas partes.
Digamos
Buenos Aires,
digamos,
un octubre, un poema, una muchacha.
O digamos la esquina
de Nazca y Tequendama
los domingos, a las seis de la tarde.
(Estoy casi seguro
de que había una esquina así en Santo Domingo,
de que había un viejo,
una silla,
un cielo inverosímil,
muchachos que volvían del fútbol,
señoras apuradas,
bocinas, qué se yo
y tal vez,
hasta un tipo solitario
como yo
que miraba)
Si uno tiene un amor entonces,
eso que le camina por la piel,
decíamos,
y pasa algo,
ocurre,
que viene el mal, la peste, una desgracia,
o para no ir más lejos
vienen
los marines idiotas,
los cretinos mascadores de chicle,
odiadores de todo lo que crece
y desembarcan.
Entonces
ya no se puede hablar así nomás,
hay que matar la muerte de algún modo,
hay que pelear con rabia,
destruirlos,
salirles al encuentro como sea
y además decir, decir hijos de puta,
decirlo y masticarlo
y enseñarlo a los chicos
como un rezo.
Por amor a la vida,
simplemente,
me parece.
Humberto Costantini