viernes, 4 de septiembre de 2009

yanquis hijos de puta

En realidad
sólo quería decir
eso.
En realidad, la vida
es,
pongamos por ejemplo,
una manzana.
Entonces,
uno la mira, la toca,
le hace fiestas,
la besa, le habla,
tal vez,
hasta dibuja manzanitas
imitándola.
La quiere así, manzana,
rica, pulposa, viva, indescifrable,
sabia.
Si la quieren romper,
si viene
un bicho, por ejemplo,
un yanqui hijo de puta,
para ser más precisos,
a matarla,
ya no se puede hablar
así nomás de la manzana.
Hay que matar al bicho,
es necesario
odiarlo,
destruirlo.
Es casi obligatorio
decirle hijo de puta,
decirle yanqui hijo de puta
todos los días, religiosamente
y encontrar la manera
de acabarlo.
Por amor a la vida,
simplemente.
En realidad
tal vez no me he explicado bien.
Si uno tiene,
pongamos por ejemplo,
un amor, una cosa
que le anda por la piel
por todas partes.
Digamos
Buenos Aires,
digamos,
un octubre, un poema, una muchacha.
O digamos la esquina
de Nazca y Tequendama
los domingos, a las seis de la tarde.
(Estoy casi seguro
de que había una esquina así en Santo Domingo,
de que había un viejo,
una silla,
un cielo inverosímil,
muchachos que volvían del fútbol,
señoras apuradas,
bocinas, qué se yo
y tal vez,
hasta un tipo solitario
como yo
que miraba)
Si uno tiene un amor entonces,
eso que le camina por la piel,
decíamos,
y pasa algo,
ocurre,
que viene el mal, la peste, una desgracia,
o para no ir más lejos
vienen
los marines idiotas,
los cretinos mascadores de chicle,
odiadores de todo lo que crece
y desembarcan.
Entonces
ya no se puede hablar así nomás,
hay que matar la muerte de algún modo,
hay que pelear con rabia,
destruirlos,
salirles al encuentro como sea
y además decir, decir hijos de puta,
decirlo y masticarlo
y enseñarlo a los chicos
como un rezo.
Por amor a la vida,
simplemente,
me parece.
Humberto Costantini

3 comentarios:

El color del viento dijo...

Precioso... Me dan ganas de copiarlo en mi blog para compartirlo ;)

rod dijo...

Te dejo otro de Costantini:

¿Y si sí?

¿Y si entre tanto Lenin,
coyuntura,
y organismo de base,
y compañero;

si entre tanta vigilia y Anti-Dühring,
entre plenario y cigarrillo,
se nos estás infiltrando la ternura
como un disimulado agente de la CIA?

¿Y si apoyo la moción
quiere decir
sos linda?

¿Y si yo estoy de acuerdo en el planteo
quiere decir
qué bárbaros tus ojos?

¿Y si me adhiero
quiere decir sencillamente
que me adhiero?

Ojo compañerita,
vigilancia,
que el enemigo acecha.

Analicemos el asunto
a nivel de autocrítica.

Pero un poco más cerca.
Mirándonos los ojos
interminablemente,
si es posible.

Eric Mesa dijo...

Que bueno! Los dos poemas son muy buenos sobre todo Yankis Hijos de Puta. Con su permiso desearía también poder copiarlo para publicarlo en mi blog.

Saludos desde Caracas-Venezuela

Eric Mesa