sábado, 18 de octubre de 2008

kapital

Ignorando aquél vídeo que tanto éxito está teniendo últimamente y que en su momento inocentemente dije que explicaba la crisis, me parece que no está de sobra hacer eco de lo que dicen desde Wallerstein hasta Kurz (que lo lleva diciendo unos quince años) pasando por los marxistas tradicionales sobre qué exactamente está pasando en la economía. Este artículo de César Benjamin lo hace bien.
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Las economías modernas crearon un nuevo concepto de riqueza. Ya no se trata de disponer de valores de uso, sino de ampliar abstracciones numéricas. Se busca obtener más cantidad de lo mismo, indefinidamente. A eso los economistas llaman “comportamiento racional”. Dicen cosas complicadas, ya que la defensa de estupideces exige cierta sofisticación.

Quien reflexionó más profundamente sobre esa gran transformación fue Karl Marx. A mediados del SXIX, él señaló tres tendencias de la sociedad que entonces se consolidaba: (a) ella sería compelida a aumentar incesantemente la masa de mercancías, bien por la mayor capacidad de producirlas, o bien por la transformación de más bienes, materiales o simbólicos, en mercancía; finalmente todo sería transformado en mercancía; (b) sería compelida a ampliar el espacio geográfico insertado en el circuito mercantil, de modo que más riquezas y más poblaciones participaran en él; finalmente , ese espacio sería todo el planeta;(c) y sería compelida a inventar permanentemente nuevos bienes y nuevas necesidades; como las “necesidades del estómago” son pocas, esos nuevos bienes y necesidades serían, cada vez más, bienes y necesidades centrados en la fantasía, que es ilimitada.

Para aumentar la potencia productiva y expandir el espacio de la acumulación, esa sociedad realizaría una revolución técnica incesante. Para incluir el máximo de las poblaciones en el proceso mercantil, formaría un sistema-mundo. Para crear el hombre portador de aquellas nuevas necesidades en expansión, alteraría profundamente la cultura y las formas de sociabilidad. Ningún obstáculo externo la detendría.

Había, sin embargo, obstáculos internos, que serían, sucesivamente, superados y repuestos. Puesto que, para valorizarse, el capital necesita abandonar su forma preferente, de riqueza abstracta, y pasar por la producción, organizando el trabajo y encarnándose transitoriamente en cosas y valores de uso. Solo así puede resurgir ampliado, cerrando el circuito. Es un proceso lento y lleno de riesgos. Mucho mejor es acumular capital sin sacarlo de su condición de riqueza abstracta, haciendo que el mismo dinero rinda más dinero. Marx denominó D-D’ esa forma de acumulación y vio que ella tendría peso creciente. En la medida que pasara a predominar, la inestabilidad sería mayor, pues la valorización sin trabajo es ficticia. Y el potencial civilizatorio del sistema empezaría a agotarse: al repudiar al trabajo y la actividad productiva, al alejarse del mundo de la vida, el impulso a la acumulación no sería más un agente organizador de la sociedad

Si no consiguiese liberarse de ese engranaje, la humanidad correría serios riesgos, pues su potencia técnica estaría mucho más desarrollada, pero desconectada de fines humanos. Dependiendo de cuales fuerzas sociales predominasen, esa potencia técnica expandida podría ser puesta al servicio de la civilización (aboliéndose los trabajos exhaustivos, mecánicos y alienados, difundiéndose las actividades de la cultura y del espíritu) o de la barbarie (con el paro y la intensificación de conflictos). Cuanto mayor el poder creativo, mayor el poder destructivo. Lo que estamos viendo no es un error ni un accidente. Al vencer a los adversarios, el sistema pudo buscar su forma más pura, más plena y más esencial, con amplia predominancia de la acumulación D-D’. Abandonó las mediaciones de que necesitaba en el periodo anterior, cuando contestaciones, internas y externas, lo ataban. Se liberó. Floreció. Los resultados están ahí. Una vez más, los Estados intentarán salvar el capitalismo de la acción depredadora de los capitalistas.

Karl Marx envía recuerdos.

1 comentario:

Marcos Reguera dijo...

Pienso mercantilizar inconguencias mil, espero que no te importe.

Un saludo:

El sistema de producción y reproducción Capitalista.