"Así era Arturo Belano, un pavorreal presumido y tonto. Y el realismo visceral su agotadora danza de amor hacia mí. Pero el problema era que yo no lo amaba. Se puede conquistar a una muchacha con un poema, pero no se la puede retener con un poema. Vaya, ni siquiera con un movimiento poético"
Roberto Bolaño, Los detectives salvajes (1998)
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