miércoles, 27 de noviembre de 2013

domingo, 24 de noviembre de 2013

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

No era el mismo vagón donde horas antes había visto rezar a un musulmán que leía el Corán en su iPhone. Ella tenía una maleta con una palabra bordada, "wisdom". En un vestido blanco sucio hablaba de su infancia, de como jugaba en los montones de carbón en un edificio de Harlem y de cómo el bedel la bañaba después, sin nunca jamás tocarla. Era un hombre bueno, décia. Enseguida, señaló con un dedo temblante a una viajera y dijo, la cara retorcida en una mueca de asco, cómo son feos los negros. Ella, en ocurrencia, también era negra.

No era la misma ciudad que removiera el poeta hace más de ochenta años. Él no oyó la china anoréxica que vomitaba en un McDonalds con paredes de papel donde una señora con sombrero hacia su cena dominical. Tampoco habló con Luis que llevaba diecisiete años en la calle matando el tempo con bolsitas de marijuana de cinco pesos desde que dejara Puerto Rico y su familia lo dejara. 

Hace más de ochenta años que en Nueva York no llueven gordos millonarios. Pero igual la aurora es la misma. Se le ve gemir en los entresijos del puente de Brooklyn y mientras golpea los charcos en la esquina de una avenida y una calle sin número.

domingo, 10 de noviembre de 2013

el domingo de los palmados



Intentó la huida en tranvía
hacia las seis de la mañana
desde la botella de malta
donde flota Milán

No fue difícil seguirlo
el poeta de la Baggina
su alma encendida
irradiaba luces de bombilla

Le incendiaron la cama
en el camino de Trento
logró salvar en su barba
un petirrojo de combate

Los polacos no murieron de golpe
y arrodillados ante los últimos semáforos
rehacían el maquillaje a las furcias del régimen
lanzadas hacia el mar

Los traficantes de jabón
echaban panza hacia el Este
el que se convertía en el noventa
estaba dispensado en el noventa y uno

La mona del Cuarto Reich
bailaba la polca sobre el muro
y mientras trepaba
le vimos todos el culo

La pirámide de Keops
quiere ser reconstruida en aquél día de fiesta
bloque por bloque
esclavo por esclavo
comunista por comunista

El domingo de ramos
no se oyeron tiroteos
el gas hilarante
presidía las calles

El domingo de los palmados
se llevó consigo todos los pensamientos
y las reinas del "culpa tuya"
abarrotaban las peluquerías

En la soleada cárcel patria
el segundo carcelero
dijo a Bigotes de Sebo que era el primero
"se puede hacer mañana de madrugada"

Y se enviaron emisarios
infantes, caballos, perros y un asno
a anunciar la amputación de la pierna
de Renato Curcio, el carbonario

El ministro de los temporales en un rugir de trombones
auspiciaba democracia con el mantel sobre las manos
y las manos sobre los cojones

Quiero vivir en una ciudad
donde en la hora del aperitivo
no haya derramamientos de sangre
o de detergente

Tarde por la noche mi ilustre primo de Andrade y yo
éramos los únicos ciudadanos libres
de esta famosa ciudad civil
porque teníamos un cañón en el patio
un cañón en el patio

El domingo de los palmados
nadie se hizo daño
todos a seguir el féretro
del difunto ideal

El domingo de ramos
se oía cantar
como es bella la juventud
no queremos envejecer

Los últimos viandantes
se retiraron a las catacumbas
encendieron la televisión y nos miraron cantar
por una media horita
y luego nos mandaron a cagar

Vosotros que habéis cantado en zancos y de rodillas
con pianofortes al hombro, vestidos de Pinocho
vosotros que habéis cantado para los lombardos y para los centralistas
para la Amazonia y para la pecunia
y en los palacios con nombre de estilistas
y donde los padres maristas

Tenéis voces potentes
lenguas habituadas a hablar a tuerto y derecho
tenéis voces potentes
adaptadas para el vete a tomar por culo

El domingo de los palmados
los adeptos de la nostalgia
acompañaron entre las flautas
al cadáver de Utopía

El domingo de los palmados
fue un domingo como tantos
el día siguiente había signos
de una paz aterrorizante

Mientras que el corazón de Italia
de Palermo hasta Aosta
se hinchaba en un coro
de vibrante protesta

--
Y aquí una muy buena interpretación (en italiano)

domingo, 3 de noviembre de 2013

cita del día

"De esa animal adoración, el vocabulario mismo aporta las pruebas. Las palabras ligadas al concepto de fuerza son todas de respeto. Un "gran" escritor, una obra "poderosa", sentimientos "elevados", una "alta" inspiración. Siempre la imagen del gallardo de mucha talla, matador virtual. Por el contrario, los calificativos que evocan la debilidad son todos despectivos. Un espíritu "pequeño", sentimientos "bajos", una obra "débil". ¿Y por qué "noble" y "caballeresco" son términos de lisonja? Respeto heredado de la Edad Media. Únicos poseedores del poder real, el de las armas, nobles y caballeros eran dañinos y asesinos, y por ende respetables y admirables. ¡Pillados en flagrante delito, los seres humanos! Para expresar su admiración, no han encontrado nada mejor que esos dos calificativos, evocadores de esa sociedad feudal donde la guerra, es decir el asesinato, era el objetivo y el honor supremos de la vida de un hombre."

Albert Cohen, Belle du seigneur, 1968.