"De esa animal adoración, el vocabulario mismo aporta las pruebas. Las palabras ligadas al concepto de fuerza son todas de respeto. Un "gran" escritor, una obra "poderosa", sentimientos "elevados", una "alta" inspiración. Siempre la imagen del gallardo de mucha talla, matador virtual. Por el contrario, los calificativos que evocan la debilidad son todos despectivos. Un espíritu "pequeño", sentimientos "bajos", una obra "débil". ¿Y por qué "noble" y "caballeresco" son términos de lisonja? Respeto heredado de la Edad Media. Únicos poseedores del poder real, el de las armas, nobles y caballeros eran dañinos y asesinos, y por ende respetables y admirables. ¡Pillados en flagrante delito, los seres humanos! Para expresar su admiración, no han encontrado nada mejor que esos dos calificativos, evocadores de esa sociedad feudal donde la guerra, es decir el asesinato, era el objetivo y el honor supremos de la vida de un hombre."
Albert Cohen, Belle du seigneur, 1968.
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