miércoles, 19 de noviembre de 2008

Hacía años que no leía un periódico.

Sabía que cualquier día podría volver a toparse con los retazos en blanco y negro que anunciaban la victoria contra la conspiración en Praga.

No sabía si el reencuentro le produciría tristeza o indiferencia. Llegara a tal punto que ya no podía distinguirlas.

De alguna parte vino el grito que anunciaba la muerte del dictador. Se acabara; por fin.

Gimiendo, la ventana dio lugar a una mañana gris.

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