domingo, 8 de junio de 2008

Subió las escaleras despacio, pie tras pie, escalón tras escalón. Ya arriba, abrió los brazos y voló, cansado, en medio a los hilitos de humo que adornaban el suburbio. Pensó una vez más que pensar ya no tenía sentido y sintió el suelo acercándose. Le rodeó un olor a sudor, asfalto y sangre.

Los coches siguieron su camino, indiferentes al bulto oscuro pegado al arcén. Tiempo después, no se supo precisar cuánto llevaba allí. No importaba. Sonreía.

2 comentarios:

S. Christian dijo...

muy bueno, compañero, me gusta pasarme por aquí de vez en cuando.

http://schristianorgaz2007.blogspot.com/2008/05/al-caer-el-joven-al-agua-desde-la-proa.html

rod dijo...

Qué gustazo leerte por aquí. Fíjate que sé que tengo algún que otro lector pero nunca comentan.

un saludo, y ya marcaré presencia en el tuyo que veo que tiene (mucho) interés.