viernes, 29 de febrero de 2008

un chiste

Se estrella un automóvil, a la salida de Moscú. El conductor emerge del desastre y gime:

-Mi Mercedes... Mi Mercedes...

Alguien le dice:

-Pero señor... -Qué importa el coche! ¿No ve que ha perdido un brazo?

Y mirándose el muñón sangrante, el hombre llora:

-¡Mi Rolex! ¡Mi Rolex!

Eduardo Galeano