domingo, 17 de febrero de 2008

Rubios átomos que chocan, mutan, desaparecen
en medio a chisporroteantes cristales de humo
Se adentran en el ruedo y ruedan hasta borrar sus sonrisas.
Ruido de madrugada sin luna.

Cuerpos extraños les ciñen por el centro, sacándolos
de órbita en abrazos tiernos, vanos y desesperados.
Sorben el olvido a largos tragos. Así se pierden y se hallan
Vivos en su triste juego, mecánicos átomos, morenos y rubios.

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