jueves, 12 de septiembre de 2019

úrsula

Lo único que te faltó fue emergir del mar cubierta de espuma. 
Pero ese nunca ha sido tu estilo.

Traías en la mirada tu mar chiquita, 
gris y contenida por meses en hilo, 
que rompe en azul entre las sábanas y en el campo, y guiña.

Te habrías reído del espía, tan hombre y tan desnudo. 
Igual le hubieras sacado de paseo, de juerga. 
Y le hubieras dado una lección.

O igual lo tuyo ni pasara por ahí. 
Lo tuyo es tocar nubes, desempolvar sonrisas, 
descubrir lo escondido y catar luces.

No muerdes. Pero nunca te ha hecho falta licencia para matar. 
Tampoco para vivir.

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