jueves, 5 de febrero de 2009
para que no digan que no hablé de las flores
Caminando y cantando y siguiendo la canción,
somos todos iguales, brazos dados o no,
en las escuelas, calles, campos, construcciones,
caminando y cantando y siguiendo la canción.
Ven, vámonos, que esperar no es saber,
quien sabe hace la hora, no espera acontecer.
Por los campos hay hambre en grandes plantaciones,
por las calles marchando indecisos cordones,
aun hacen de la flor su más fuerte refrán,
y creen en las flores venciendo el cañón.
Ven, vámonos, que esperar no es saber,
quien sabe hace la hora, no espera acontecer.
Hay soldados armados, amados o no,
casi todos perdidos, armas en la mano,
en los cuarteles les enseñan una antigua lección,
de morir por la patria y vivir sin razón.
Ven, vámonos, que esperar no es saber,
quien sabe hace la hora, no espera acontecer.
En las escuelas, calles, campos, construcciones,
somos todos soldados, armados o no,
caminando y cantando y siguiendo la canción,
somos todos iguales, brazos dados o no.
Los amores en mente, las flores en el suelo,
la certeza en la frente, la Historia en la mano,
caminando y cantando y siguiendo la canción
aprendiendo y enseñando una nueva lección.
Ven, vámonos, que esperar no es saber,
quien sabe hace la hora, no espera acontecer.
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