Además de lo curioso que resulta que se nos pueda venir encima un cacharro de lo más moderno de la Guerra Fría, de esos que sacaban bonitas fotos a Rusia haciendo que los neocon, al no ver nada nuevo, concluyeran, lógicamente, que las nuevas superarmas eran indetectables, me trajo a la memoria una película de Wim Wenders, Bis ans Ende der Welt (1991), que empieza con la siguiente narración:
"En 1999 el satélite nuclear indio se volvió loco. No se sabía dónde iba a caer. Vagaba sobre la capa de ozono como un buitre terrible. El mundo estaba aterrorizado, porque América quería hacerlo explotar. Muchos expertos predecían que ello haría explotar otros aparatos atómicos esparcidos en el espacio, provocando una catástrofe mayor."Gran peli... profética para su año en algunos sentidos (GPS en coches) y en otros (URSS de pie) no tanto...
Pero total, tal y como están las cosas, sigo creyendo que el fin no vendrá desde arriba. Ni mucho menos. Normal que nos distraigan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario