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Supongo que este neo-nato blog todavía no tiene suficiente material como para que esté rompiendo una tradición haciendo posts más bien subjetivos... Intentaré no hablar demasiado de mí mismo, pero bueno, me excuso anticipadamente por el sentimentalismo bobo.
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Se acaba el bachiller. Termino con la patente vergüenza de no haber aprobado un solo examen de filosofía en dos años, y sacar notas de lo más mediocres en todo lo que guarda alguna relación con la carrera a la que aspiro. Ojalá tuviera el sentido común de decantarme por alguna lengua (parto siempre de que aprobaré la P.A.U, ¿para qué ser pesimista?). Toca sacar unas fotos de clase (muy a la americana), cenar con el cuerpo docente y hacer esos dichosos exámenes en Junio. De ahí a tostarme delante una piscina, quizá vengan unas vacaciones decentes después... no sé...
En fin, viene la catarsis de tantos años de culos entumecidos y mentes más aún así, de tantos amigos ya arrinconados en la memoria y otros menos, empero igualmente lejos; años de exámenes, chistes, de aventuras de descubrimiento, de botellas y conciertos. Un gran fardo de memorias, muchas más buenas que malas, que venimos arrastrando hasta aquí.
Lejos está mi idealización de la Academia ya hecha añicos tras algunas visitas y unos cuantos testimonios resignados, y ya, purgado hasta cierto punto de inocentes ilusiones, no creo que iré encontrar allí respuestas o secretos para los problemas del mundo. Sigue la convicción, sin embargo, de que hay demasiadas cosas por ver y aprender, y miles de momentos únicos por venir.
Que los sepamos aprovechar.
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1 comentario:
¡Qué bonitoooooooooo! Cuando se ponen cosas personales y sobran en este tipo de blogs es si dices "Me pica un pie esta mañana" o cosas así. Gracias, Rodrigo, por decir más o menos lo que pienso yo también.
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