Con mi cara de meteco
de judío errante, de pastor griego
y mis cabellos a los cuatro vientos
Con mis ojos apagados
que hacen parecer que sueño
yo que ya no sueño a menudo
Con mis manos de merodeador
de músico y de holgazán
que han pillado tantos jardines
Con mi boca que ha bebido
que ha besado y ha mordido
sin jamás matar su hambre
Con mi cara de meteco
de judío errante, de pastor griego
de ladrón y de vagabundo
Con mi piel que se ha frotado
al sol de todos los veranos
con todo lo que llevaba enaguas
Con mi corazón que ha sabido hacer
sufrir tanto como ha sufrido
sin por ello hacer historias
Con mi alma que ya no tiene
la menor posibilidad de salvarse
para evitar el purgatorio
Con mi cara de meteco
de judío errante, de pastor griego
y mis cabellos a los cuatro vientos
Vendré, mi dulce cautiva
mi alma gemela, mi fuente viva
vendré brindar tus veinte años
Y seré príncipe heredero
soñador o igual adolescente
como bien te guste a ti
Y haremos de cada día
una eternidad de amor
que viviremos hasta morir.