Ese "Hay dias que no sé lo que me pasa/Eu abro meu Neruda e apago o Sol" de un poeta de los trópicos me parece estos días estar escrito para mí. Los días son breves en París y no sé si no los sé aprovechar y si buscar la noche de los cines pasando en bicicleta por delante de las pancartas es una manera de huir de ellos. Me siento desarraigado, no por primera vez, pero más que nunca. Raro como una versión de El Extranjero que vi, con Mastroianni doblado en alemán y subtitulado en inglés. Igual antes tenía demasiadas cosas de las que preocuparme y ahora todo es muy sencillo, hasta creo que sé lo que quiero. O igual uno simplemente se siente pequeño ante semejante telón de fondo.
Consciente de lo romántico/bobo que suena, me reconforta el anonimato que da la calle y ese constante perderse que definiera Hugo diciendo que "errar es humano, gandulear [flâner] es parisino".